MIRÁNDOTE LA NUCA (Poema 133)
Mis pies de peregrino
Están rendidos
Siento el suelo árido
Sembrado con derrotas
Regado con pérdidas
Es que me desoriento
En la estela invisible
De tus pasos
Ya he dado vuelta tu retrato
Y así, mirándote la nuca
He guardado un minuto
De silencio
¿Cómo decirlo claramente?
A este amor, que brota de mis huesos
¡ Lo has quebrado a mansalva!
Que el silencio
Me regese tu mirada
Que la oscuridad
Me devuelva tu nombre
Confundido con las gotas del rocío.
A LA INTEMPERIE (Poema 132)
Sus ojos de mar
Que abatían estrellas,
Me legaron
Una lluvia de lágrimas,
La tarde lánguida
Se escondió entre las piedras
Sus manos blancas
¡ La suma de la ternura!
Están en el viento, que golpea
Porque se aleja
Todo quedó a la intemperie
Pesadilla, despierta la fiebre
¡ No hay música de liras!
El agujero de mis días
Me deja este vaso vacío,
Y lo que bebo es tan amargo,
Que el poema
Se ha puesto de rodillas
¡ Y sangra !