POEMA PARA LOS QUE NO TIENEN TECHO
(Poema 177)
En lo profundo de la noche
sangra la herida
de los que no tienen hogar
En umbrales y rellanos
acomodan sus almas cansadas
Por más que les alcance algo dulce
sus miradas son amargas y laceran
Abandonados del mundo
son la instantánea cruel
de nuestra ceguera
Cada día más gente privada de todo
Y otros tantos, paladines de la propiedad privada
Su desamparo me da en el pecho
Es un tsunami, que me interpela
Los versos que traía, se cayeron de mis manos
¿Quién los puede culpar por su desdén
si su mejor amigo es una cajita de cartón?
Para el que tiene los sueños rotos
no hay descanso reparador
Nada de luna ni estrellas
Tan sólo viento, llevándose la esperanza
de los que miran el suelo,
porque no tienen un techo.
Y te digo:
Si la poesía no puede construir una casa
Que sea una patada en los dientes
de los asesinos de sonrisas
Que sea una llamarada
que derrita el corazón de las estatuas
¡ Qué el arte ataque!
Cuando el amor, de tanto ser transitado
sea un lugar común,
Entonces ¡ HAREMOS LA REVOLUCIÓN!
EL ADIÓS QUE NO DIJIMOS
(Poema 176)
Fuimos a la orilla del mar
que nunca tiene sueño
Cantábamos viento
con una voz amarga
Desnudos de sombra
escribimos por última vez
nuestros nombres en la arena
Las palabras de tus ojos
lastimaron nubes,
hasta hacer llover
Luego nos vestimos como pudimos
con nuestros trajes de olvido
¡ Temblábamos tanto!
Si hasta la luna tuvo frío y tiritó
En la sal de una lágrima
se ahogó el adiós que no dijimos
Nos alejamos en silencio
Y ya, no pude mirarte
De tanto, quedó tan poco
que nada; es mucho
Entonces regresé por calles
que no existen, sino en mi memoria
En el abismo de la noche
se suicidó una estrella
fugaz, como el amor
"Todo lo hermoso, es breve"
musitó un pájaro de mal agüero
No le tiré una piedra
tan sólo ¡ porque es cierto !
EN LA CURVA DEL CIELO
(Poema 175)
El refugio de tus ojos
No traiciona la luz,
Me hace bien cada mañana
Al despertar
Mis manos y tu piel
Tienen memoria,
En la penumbra azul
Dibujo el mapa de tu cuerpo
Y no hay fronteras
Nada más preciso
Que ese fuego en ti
Traspasando las sílabas
Del silencio
En la curva del cielo
Hay pájaros que vuelan
Pronunciando tu nombre,
Es tu sonrisa al sol
La que resuelve los enigmas
Abre las puertas del jardín
Que no deshojo margaritas,
Dame de beber, del zumo
Que ahoga la tristeza
Y es sagrado como el vino
Despierta con caricias
La ternura de las horas
Y vence al tiempo,
Mi amor de siempre
¡Mi amor eterno!