LO QUE NO SÉ (Poema 185)
Ayer, apoyabas tu mano suave
En el hombro de la tierra
Y llenabas la mañana de sol
En mi gesto triste, heredado del viento
Guardo nostalgia de amaneceres
Hoy, todavía tengo el corazón
Abierto a todo, amando, descubriendo,
Que todos los tiempos están cerca,
El principio, el fin y el transcurrir
En estos días furibundos,
Circundado de almas como rocas
Aún busco en las alturas,
La antigua herida de tus ojos
Porque no soy un vidente
Pero tampoco un ciego,
Sé que el volar
No nace de las alas,
Sino del afán de cielo
Lo que no sé
Es hacia que amor
irá la noche.
ENTONCES NO ES TAN EXTRAÑO
(Poema 184)
Las rosas mueren
Una tarde cualquiera
En la quietud del florero,
Pero persiste el perfume
Paseando por la casa
Vuela el ave migratoria
Hacia otros veranos
Mas la rama
En que solía posarse,
Se balancea todavía
Inclinada hacia el poniente
La mano amputada, duele
En la humedad de los días,
Pero aún quiere asir
El vaso que se cae
De la mesa, a su lado
El perro espera anhelante
Detrás de la puerta,
A su amo que lo paseaba
Al llegar del trabajo,
Y que murió trágicamente
Hace casi dos años
En la inmensidad
De las noches sin luna,
Nos ilumina un fulgor
De estrellas fenecidas,
Pero que aún nos deslumbra
Después de la lluvia
Seca el sol, la ropa
Tendida en las cuerdas,
Pero el agua caída
Atraviesa la sed de la tierra
Entonces:
Que yo te huela por la casa
Que me incline hacia el poniente
Que me duela tu ausencia
Que te espere anhelante
Que aún te vea brillar
Que tenga sed de tí
¡ No es tan extraño!
SOLO DE TÍ (Poema 183)
Me basta cerrar los ojos y verte
Aunque también me basta, tenerlos abiertos
Brotan palabras crucificadas,
De un viento derrotado
Que no pudo sostener sus brazos,
Solo de tí,
Me golpea la sangre apresurada,
¡ Un zarpazo mortal!
Pesadumbre de caricias ausentes,
Estrellas heridas por dentro,
Ya no guiñan sus ojos en mi cielo
Se esparce la eternidad de mis cenizas,
A lo lejos unos pinos lloran
Recordando el aroma de tus pasos
¿Ni siquiera eso te conmueve?
No he olvidado tu mirada
Cuando las nubes van a llorar
¡ Solo por tí!
¿Será esto un ensayo de la muerte?
Pero sólo se muere una vez
¿Por qué, he de morirme tanto?