A esa hora en que el tiempo Se rinde como un niño cansado Asoma un delirio de estrellas En la ventana entreabierta De pronto se me borra su imagen Como un sueño al despertar
Recuerdo cuando me acercaba Hasta palpar la herida de su alma Dejaba clavada una sonrisa a la pared O un "te quiero", en el teléfono Tan sólo, para alegrar su corazón Ternura ingenua, que rompía el paisaje Gris de la monotonía
Ahora crujen en mi las palabras Como puertas antiguas, Salgo a la calle a perderme En un destello, la ciudad Cambia su cara
La busco en las esquinas De donde sale el viento ¡Como a una brisa Que no encuentra su alegría!
Mientras se disipa El humo de mis huellas ¿No escuchan la plegaria Salvaje de mis ojos? ¡ Qué lejos quedaron nuetras risas Que asustaban el aire!
En el cielo arden pájaros Como puñales, y se clavan en mi Llego a la estación de los corazones rotos Me abro paso entre una multitud de solitarios
Pero el tren se aleja Y el amor, se ha subido sin pasaje Su mirada, hecha de astros Se llevó con ella la dulzura ( Como las abejas) Y me dejó un sabor amargo Que necesito borrar
Entré a un bar, de esos de antes Sonaba un tango, que en mi Cobró sentido: "que me importa que se rían y nos llamen los mareados Cada cual tiene sus penas Y nosotros las tenemos"...
Entonces bebí, como nunca antes Bebí para olvidar y para recordar Bebí para reír y para llorar Bebí por ella y por mi Bebí porque no y porque sí Hasta perder la conciencia Hasta entender...
Luego regresé, con el andar cansino Y vacilante de los perdedores O de los sabios, Me quedé detrás de la puerta Escuchando los pasos de la noche Borracho y desesperando.
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