ROMPE EL AMOR EL CAOS DEL UNIVERSO
(Poema 86)
Cae la tarde buscando el sueño de los árboles
Y se desnuda de luz, en brazos de la noche
Me elevo en las alas de ese azul creciente
Parimos nuestros cuerpos
En el collar de un abrazo
Celebramos así lo recién creado
No hay calor comparable
Al de un cuerpo amado
¡Si ya no sé ni donde empiezas
Ni donde termino!
Rompe el amor, el caos del universo
No dejemos que se apaguen las manos
No pasemos como astros sin fuego,
Las palabras enmudecen de belleza
Hasta el silencio tiene algo que decir,
Las penas son un barco de papel
Bogando en un arroyo de ilusión,
Todas las lágrimas ascienden a tu risa
Y te ves tan hermosa
¡Cómo para querer vivir de nuevo!
NO SE AGRIA LA LECHE EN LAS ESTRELLAS
(Poema 85)
Tal vez me veas de pie
Cómo un árbol que ha muerto
Mientras el miedo me moja
Un crujir de hojas secas
Es la músca cruel del desencanto
Busco refugio en la tierra de mi infancia
Y no halla sitio ya donde esconderse
Perdido el hechizo de correr sin sentido
Tenderme en la hierba de mi ensueño
Mientras apago la luz de la conciencia
El firmamento es la mejor huida
¡No se agria la leche en las estrellas!
Sangra la mariposa nocturna
La herida de mi llanto
Hoy que duele el aire en las rodillas
Yo también puedo forzar a las palabras
A que digan la verdad
Hacer un bollo con mi alma
Y arrojarla en un cesto de basura
Pero... dame tu mano
Tómate de mi brazo
A paso firme he de llevarte
A ningún sitio
¡Y que nos aturda el eco del silencio!
NOCHES ETERNAS (Poema 84)
En esas noches eternas
Que me encuentro
Más solo que un cometa
Toco en la pantalla el resplandor
Y deseo estar del otro lado
El hambre de mis dedos
Quiere dar en la tecla
Huele a te extraño
Mi sed de compañía
Abro la puerta y busco el pasadizo
Donde el azar planea los encuentros
Trepo por una cuerda de luz,
Me sorprende la luna
Suspendida de un árbol
Mientras intento
Atrapar lo fugitivo
Siento en mis hombros
El peso de una sombra,
El viento corre la cortina
Asoma fugazmente la verdad
Que tropiezo ciegamente
Golpea el tiempo como un látigo
Dejando su marca en la piel
Y se coagula la herida
En el rojo de la aurora.
ROCÍO DE MAGNOLIA (Poema 83)
Quieto estoy, como un lagarto antiguo
Te busco para que me guíes
Por el camino del desencuentro
Cierro los ojos a las dagas del día
Eres la eternidad de un grito de espanto
Acuestas la angustia, en tierras
Aradas de silencio
Palomas ebrias se pasean
Por la plaza de los sueños
Tu boca muerde una palabra
Que sale lastimada
Devora mis sentidos
el buitre de tu luz
Me duele el pensamiento
Como un degüello de golondrinas,
Es esta mi orfandad
Abrazar el cuello de la nada
Hasta ahogarla
En un mar de oscuridad
Unta mi piel un rocío de magnolia
¿Será su agua cósmica, lo que sangra
En mitad de la noche?
Con un gesto polvoriento de mi mano
Escancio una jarra de tristeza
En la copa de esta sed infinita.
