En las noches eternas Tus futuros recuerdos Se levantan y andan Por la habitación
Es amargo el dulzor De tu despertar No hay venda para tal herida Ni pañuelos que enjuguen Las lágrimas del corazón
En un destello de su mirar Sentiste que estabas más viva En el anhelo de sus manos Se estremeció toda tu piel Danzó tu alma alada En el secreto silencio de su voz
¿Cómo es posible añorar Algo que nunca fue? ¿Cómo explicar ese solaz, en el sufrir? Es que intuís que es una forma De la espera
Recorrerás la misma senda polvorienta Y jamás esquivarás la piedra Qué importa tropezar mil veces Si finalmente, un día cualquiera ¡ La roca, será diamante!