Y caminé descalzo, hundiéndome en la hierbaY atravesé la nada, que me miró a los ojos Y dancé al sol, ebrio del sol del mediodía Y canté la melodía que me inspiró el viento Y nadé hasta la vera de tu orilla infinita
Y desplumé mis alas del peso del odio Y despegué del suelo y me reí en la luna Y me lloré en la lluvia y me caí en tu lecho
Y entonces te amé y te besé, como cada mañana Y entonces vos, y entonces ustedes Y entonces nosotros y entonces yo Y entonces todo y entonces nada