miércoles, 29 de mayo de 2013

NO HAY NADIE QUE ESCUCHE (Poema 22)

NO HAY NADIE QUE ESCUCHE (Poema 22)


      Una luz sin párpados
      Encandila el descarnado
      Sin sentido virtual,
      La realidad es una roca
      Que hunde mi alma encadenada
       


       Entre los resquicios
       Del ruido y la vorágine
       Los disfraces de fingida alegría
       ¡ No hay nadie que escuche!

     Versos inauditos, cadáveres insepultos
      Pudriéndose al aire, íconos del vacío
     En este desamparo cósmico

     Un ratón le da la mano a mi tristeza
     Mientras clava su flecha
      Hasta el fondo del espejismo,
      Telarañas cubren la pantalla
      Con el tedio de un final anunciado

     Inexorable se yergue la soledad,
     En mis húmedas tierras filosofales,
     Formas sombrías, resbalando
     Por el sexo de la noche

     Un ramo de brazos extendidos
     Arde entre los fuegos fatuos
     Y  por las grietas de mis ojos,
     Resecos de no parpadear
      Se levanta la furiosa soledad
      Como un desnudo monumento

     No estás aquí, no estoy allí
     ¡ La vida está en otra parte !

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